Como sabéis los habituales del blog, escape college es uno de mis sitios de
escape preferidos, la razones de lo cual las podéis encontrar aquí.
Esta vez ni siquiera tuvimos que reservar, acabábamos de salir de una sala
y nos ofrecieron entrar en otra. ¿Quien puede resistirse a una hora más de tensión
e intriga? Recogimos a un cuarto participante, que se quedo sin averiguar quién
mato a David Kentley, y que nunca había hecho un escape game, y volvimos sobre
nuestros pasos para enfrentarnos a otro enigma.
De temática detectivesca, el objetivo juego era encontrar el Santo Grial en
lo que parecían los aposentos de un obispo. Al igual que la otra sala, esta
estaba bien decorada, aunque como corresponde al tema parecía algo más austera.
Los enigmas nos parecieron más complicados que los anteriores, yo diría de
nivel medio, aunque es posible que fuera así porque estábamos más cansados. En
efecto, aunque sea tentador jugar otra vez si hay una sala disponible a la
salida, personalmente no lo recomiendo. En mi opinión, la experiencia se
disfruta mejor si justo después la gente que ha jugado tiene tiempo para
saborear y rememorar lo ocurrido en torno a una comida, un café o unas cañas.
El hecho de hacer dos salas seguidas, hace que se disfrute menos de cada sala y
si te metes realmente en tu papel puede llegar a resultar agotador.
Recomendaría este escape game para equipos de cuatro, aunque supongo que
tres personas con experiencia también podrían sacarlo sin problemas. A nosotros
no nos sobro casi tiempo, teniendo en cuenta que nos costó bastante razonar por
el cansancio. Eso si, una felicitación especial a los equipos de diseño por la
manera de abrir la puerta, nos pareció muy ingenioso.
Y vosotros, ¿Habéis hecho alguna vez dos escape games seguidos? ¿Cual es
vuestra experiencia? No dudéis en contárnoslo en los comentarios.